jueves, 6 de agosto de 2009

¡Fiesta!


Papá.
Charlando con un montón de amigos vestidos con túnicas de gala a cual más cara y más horrenda. Jueces, altos funcionarios del Ministerio y el director del departamento de Educación en el Ministerio de Magia. Hablan, como es habitual, de uno de sus temas recurrentes. Cómo conseguir que alguien “más capacitado” que Dumbledore dirija Hogwarts. Los argumentos en contra del actual director ya los conoce. Demasiado sentimental, sin criterio, poco disciplinado, bla, bla, bla.
- Admite a cualquiera en ese colegio- dice el funcionario del ministerio.
Todos asienten. A todos les parece que hacen falta mayores criterios de pureza y a Sirius se le pudre la sangre.
- Bueno- interrumpe- yo creo que Dumbledore tiene sus criterios y no es cierto que admita a cualquiera. A su hijo, por ejemplo, no le admitieron este año, ¿no es así?
El director del Departamento de Educación, un hombre calvo y estirado de apellido Plumbeus, se muestra inmediatamente airado.
- Hubo – dice – una conspiración contra mi familia. Dumbledore trata desde hace años de minar mi autoridad en el Ministerio.
- Ah, ¿era eso? Menos mal. Se rumoreaba que habían pillado a su hijo abusando de una de las elfinas del colegio.
El señor Plumbeus pierde el color completa y rápidamente.
- ¿Cómo has dicho, jovencito?
- De hecho, se rumorea también que ella no solo estaba ofendida, sino que no acabó muy satisfecha, ¿sabe? Al parecer fue todo muy rápido y casi no se enteró.
- Pólux, ¿no vas a decirle a tu hijo que se comporte?
- Me porto bastante mejor que su hijo. Las elfinas de esta casa pueden dar fe de lo macho que soy. Es algo que he heredado de papá. Me refiero a mi gusto por las elfinas, no a mi virilidad.
Mientras Pólux se disculpa y hace reverencias ante sus invitados argumentando que su hijo ha debido beber algún veneno que provoca la locura, Sirius localiza a un grupo de chicos más o menos de su edad, haciendo corro en torno a Régulus y escuchando sus historias sobre el colegio en Francia.
- Ya sabéis, - dice Régulus- que los colegios franceses tienen mucho renombre.
- ¿No eran los besos?
Régulus le mira sin disimular su desprecio.
- Mi hermano Sirius. – Le presenta. – Supongo que le conocéis. Disfruta defraudando las expectativas puestas en él.
- Perdona, Régulus. Te he molestado mientras hablabas de todo el sexo que has tenido en Francia. - No hacía tal cosa.
- Pero, ¿todavía eres virgen? – finge estar escandalizado y les habla a sus amigos mientras aprovecha para tirar la copa hacia la orquesta invisible y manchar la alfombra. – Mi hermano está esperando a alguien lo bastante puro pero yo creo que es una excusa para ocultar el hecho de que nadie le pondría los dedos encima a no ser que le pagaran. Por suerte, tienes dinero.
Régulus tiene los labios torcidos de puro asco.
- Cállate, por Dios.
Parece que le cuesta estar en la misma habitación que Sirius. Soportar su presencia.
- No tienes de qué avergonzarte, hermano. Quien al putero de su padre se parece, honra merece.
Todos los amigos de Régulus les observan, midiendo el tiempo y el odio, para saber si en algún momento tendrán que separarles y evitar que se maten.
- Perdonad a mi hermano – dice Sirius, lanzando palabras como escupitajos. - Era una mala semilla y se ha estropeado todavía más por culpa de unas lamentables amistades. Una pandilla de perdedores que no saben cuál su lugar y naturalmente, el mejor de todos, un mestizo pobretón que no estaría en Hogwarts sino fuera por la caridad de Dumbledore.
- Sigue hablando de él, Régulus. Adelante. Dame una excusa para partirte la cara y manchar el suelo con esa sangre tan pura que tienes.
- No es mi intención hablar mal de él, Sirius. Bastante tiene el pobre, después de la paliza que le dieron a su novio. Esperemos que el siguiente desgraciado no tenga la misma suerte.
Parece una amenaza. Sirius se pregunta qué sabe y se descubre pensando que le da exactamente igual lo que sepa. Él, su madre, su padre. Todos los que se sienten por encima de él puede que tengan razón, pero cuando se sienten por encima de Remus, siempre están por debajo.
- ¿Por qué? ¿Quieres optar al puesto? Te advierto que a Remus no le va la zoofilia. No creo que quiera acostarse con una babosa como tú.
Marauders!Crack by Irati
Qué grande xD.

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