domingo, 24 de enero de 2010

Cosas ininteligibles...


22/01/10


Hay muchas cosas que no entiendo. De hecho, hay más cosas que no entiendo que al contrario. Quizás con el tiempo llegue a verlas con claridad, pero de momento hay algo obstruyendo mi mente que no deja que las imágenes sean nítidas. Me pregunto en qué momento se da la condición necesaria para que nuestra retina, y luego nuestro cerebro, o directamente éste, asimile un hecho cualquiera.

Hay muchas cosas que no entiendo. La mayoría son dudas pequeñas, curiosidades, cosas que siempre me empeño en preguntar pero que después se me olvida hacerlo porque son nimiedades. De qué color es realmente la Vía Láctea, de dónde vienen los nombres de las calles, los nombres de los pueblos. Por qué la evolución nos diseñó así, quién nos mandó a nosotros ser la especie superior, la que intenta dominar a todas las otras. Quién o qué nos dijo que teníamos el poder de manejar el fuego, que sólo era necesario que empezásemos haciendo saltar una chispa. Desde cuándo tenemos uso de razón, aunque no pudiésemos transformar los pensamientos en palabras. O simplemente por qué es inevitable que la música se quede pegada a nuestro cerebro.

Muchas otras cosas que no logro concebir, no son tan insignificantes.

Una de tantas es por qué sigo acordándome de ti como algo más que amigos y por qué cuando te hablo de ello, me siento bien conmigo misma. Por qué es inevitable que siempre te diga “Te amo” cuando acabamos de tener una conversación o por qué me siento mujer contigo, si ni siquiera me tocaste… Por qué nuestras mentes vuelan cuando se trata de nosotros, por qué te convertiste en mi ángel casi sin verlo… Por qué la mayor ilusión de mi vida es tenerte a mi lado, si nos separa –tan sólo- un océano entero.

También me pregunto por qué se acabó cuando no debió acabarse, por qué se acabó por razones de las que ahora te arrepientes, por qué el septiembre del 2006 no fue tan divertido como hubiese debido ser. Me pregunto por qué siempre volvemos a encontrarnos, y por qué, pese a todos los errores del pasado, me muero por pasar aunque sea una tarde contigo.

Pero sobre todo, y una vez más, no dejo de preguntarme cómo acabó pasando esto. Cómo tú y yo, decidimos darle la vuelta al mundo, aventurarnos e ir más allá de lo conocido. Cómo, sabiendo que podríamos caer en el vacío en cualquier instante, se dio el acuerdo que ahora tenemos. O teníamos. Me gustaría saber qué necesidad tenía yo de complicarme la vida, de ser infeliz, de ahogar mis penas con personas que tienen cosas mejor que hacer que oírme gimotear. Por qué acepté tus condiciones, por qué no me negué si lo sabía. Por qué conseguí algo con uno y no con el otro, por qué tuvo que cruzársete él por el medio. Qué más me falta por aguantar, qué más falta por venir… Por qué tengo miedo cada vez que dices que vas a salir por la puerta…

Hay muchas cosas que no entiendo. Muchas más de las que entiendo. Pero supongo que debe ser una broma que nos gasta la vida de tanto en tanto…





Sin embargo, a ti, mi amor, la niña de mis ojos, siempre supe por qué te quiero tanto.

Mi sobrina tiene ya cinco meses =D. Estoy enamorada de ella =) Y de su otra tía ^^.

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