miércoles, 23 de diciembre de 2009

Cuenta conmigo...


19/12/09


Remus estudia en una mesa apartada de la sección central de la biblioteca. Tiene varios libros sobre la mesa pero el que está leyendo parece una de sus novelas muggles. Nada que ver con deberes. James se acerca sin hacer ruido, pero aún así la bibliotecaria le reprende con una mirada, como si le advirtiera "le echaré sin contemplaciones, Potter". Su fama le precede, ésa es la verdad.

- Eh, Lunático.

Se sienta junto a él en la mesa.

- Hola, James. Lily ha salido hace un rato.

- Sí, ya sé, no he venido a eso.

Repentinamente interesado, Remus deja el libro y le escucha con toda su atención. Murmurando "debe ser importante para haber venido hasta la biblioteca". Está abrigado hasta el absurdo, a pesar de que la biblioteca tiene la calefacción encendida. Caen unos copos de nieve enormes al otro lado de la ventana.

- Verás, ¿te acuerdas – susurra James- cuando tuvimos que investigar para lo de, ya sabes- "animago", murmura aún más bajo- y nos pasábamos el día leyendo libros aburridísimos? – Remus asiente, parece divertido por el recuerdo. – Bueno, me toco leer todo aquel tocho sobre Pociones transformadoras y encontré aquel libro, ¿sabes? El de "Cincuenta antídotos Casi Infalibles, Mil Pociones Peligrosas y otras Mil Que Ni Siquiera Deberían Existir".

Remus lo recuerda y asiente. Así que James continúa.

- Pues encontré una poción prohibida para que … - mira en todas direcciones para asegurarse de que no venga nadie y se acerca un poco más a Remus-… para que "Se Venguen Los Ultrajados", se llamaba. Y básicamente digamos que yo podría prepararla si quisiera que a alguien se le cayera a trozos y no estoy hablando del pelo de la cabeza, precisamente. O en caso de que te parezca una pérdida valiosa, siempre podría hacer que le picara durante tres meses seguidos. Es brillante, ni siquiera existe un contra hechizo.

En realidad, Remus lo sabe antes de preguntarlo pero no se esperaba la revelación de que su secreto ya no es un secreto, así que lo pregunta de todos modos.

- ¿Y contra quien querría yo usar este singular encantamiento?

La mirada de James es como ha sido siempre, clara y limpia. Demasiado noble para alguien que se ofrece a ejecutar desagradables hechizos prohibidos. Es franca y directa y dice con menos esfuerzo que las palabras lo que James está intentando decir.

- La acabará jodiendo, Remus. No será a propósito – aventura, aunque luego añade, "probablemente". - Pero la acabará jodiendo. Solo quería que supieras que todavía recuerdo el hechizo. Por si te hace falta.

Es su manera de expresar "lo sé, Remus". Su manera de decir, "lo entiendo, Remus". Y finalmente, tal vez lo más importante, "me parece bien, Remus".

- Lo tendré en cuenta. Por si acaso.

- Vale. Guay.

Se levanta haciendo chirriar ligeramente la silla y el "ssshhhh" de la bibliotecaria tiene cierto deje asesino. James se disculpa con esa sonrisa de niño bueno y deja la silla en su sitio. Se gira cuando Remus le llama.

-¿Y si la jodo yo?

- Nos conocemos, tío – dice antes de irse. - Algo habrá hecho él primero.

A veces Remus cree que deberían embotellar a James. Coger esa honestidad, preservar toda esa nobleza en la que no se adivina ni una sola fisura. Guardarlo así para que en el futuro cuando la gente hable de él diga, "ah, sí, el bueno de Cornamenta". Y lo digan con una sonrisa, satisfechos de haberle conocido. Es curioso. Remus ni siquiera sabía que estaba esperando su aprobación y ahora que la tiene el día parece más liviano, menos invernal.

Bendito sea, dirán los que le conocieron cuando le recuerden, el bueno de James Potter.


Marauders!Crack by Irati.






Ya sé que puedo contar contigo =). Y tú conmigo también. Para lo que sea =).






Quiero verte ya, me muero porque llegue el verano que viene...



La foto, se ve super pequeñita, pero me encanta ese icono, me río cada vez que lo veo xD.

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