viernes, 18 de septiembre de 2009

No es tan fácil ignorar...


7/09/09

- ¿Y bien?

Trata de ignorarle. La clase de pociones no está lejos. Camina más deprisa.

- Y bien qué.

- ¿El sábado de visita te viene bien? Podríamos ir juntos a Hogsmeade.

Para en seco. Se gira para mirarle. Es más fácil hacerlo ahora que lleva pantalones.

- Potter, ¿en serio piensas tomarme la palabra y seguir adelante con esa cita que solo conseguiste porque si McGonagall os llega a ver yo también me la hubiera cargado?

Ni se lo piensa.

- Sí.

Tiene bonitos ojos azules. Es tonto pero los ojos son bonitos. Y a mí qué me importa.

- ¿Te das cuenta de que cuando la gente sale lo hacen con la remota esperanza de tal vez verse desnudos algún día y que si yo salgo contigo es precisamente por evitar verte desnudo?

Es evidente que no lo había pensado. Porque es tonto.

- Visto así, es algo patético.

Parece que entra en razón. Al fin. Lily vuelve a acelerar el paso. Nota que le sigue justo un palmo por detrás. Al llegar a la puerta de la mazmorra de Pociones, bloquea la entrada y sus preciosos -¡bonitos!- ojos azules le impiden entrar en clase. Y ahora qué.

- Entonces, el sábado. Te espero a las tres en la fuente de piedra.

Lily balbucea un "pero" incrédulo.

- Seré patético pero no tanto como para dejar pasar esta oportunidad, Lily. El sábado. A las tres. – Enchido como un pavo, tal vez un poco demasiado alto, apoyado en el quicio de la puerta, totalmente encantado de haberse conocido, James Potter es un magnífico ejemplo de alguien que cree que puede conseguir todo lo que se proponga. Inclinan la cabeza, miran por encima de las gafas, ladea una sonrisa casi carismática y sentencia. – Tú y yo. El sábado.

- ¿Me dejas pasar?

No solo le deja, sino que abre la puerta para ella y sujetándose de la manilla, la sigue mirando, sigue sonriendo, sigue emitiendo unas extrañas vibraciones que hacen que Lily se sienta insegura, atrapada en una jaula en la que se ha metido ella misma, encerrada como un canario que está viendo cómo se acerca el gato y tiene miedo de acabar devorada.

- Solo es una cita, Potter. No te emociones.

- Una cita es todo lo que necesito para convencerte.

- De qué, si se puede saber.

- De que somos inevitables, Lily.

Es tan, pero tan, pero tan insoportable que a veces James Potter hace que de pura exasperación, le dé un vuelco el estómago, se le acelere el corazón y sienta que le falta el aliento.


Marauders!Crack by Irati.





Sí, somos inevitables, aunque no lo quieras...

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