12/09/09
Se sienta al otro lado. Lily está convencida de que tardará diez segundos en declarar que se aburre –como de costumbre-. Diez segundos y habrá convencido a Remus de que le acompañe para alguna maldad, algo como atormentar a los inocentes o ese otro tipo de maldades a las que se dedican últimamente.
Se equivoca.
Sirius sí, se comporta como él mismo al principio. Obliga a Lily a echarse a un lado, cambia de posturas cuarenta y ocho veces, pero finalmente se relaja bajo el sol, apoya la cabeza en las piernas de Remus y se estira tan largo como es, con los brazos sobre el estómago y los ojos cerrados para protegerse del sol. Hay que estar muy cerca de ellos, para apreciar cómo los dedos de Remus le acarician la cabeza con las yemas de los dedos, haciendo suaves tirabuzones con sus largos mechones de brillante pelo negro.
Resulta casi hipnótico. Un gesto casi oculto, que habla mucho más alto, mucho más claro que las palabras.
- Remus, ¿nos lees algo? – Antes de que argumente lo contrario Lily le alcanza su libro con ojos suplicantes. – Por favor.
Accede pero puede que sea porque Sirius, echado al sol como si nunca hubiera querido estar en otro sitio, se une a su petición.
- Lee, Lunático.
Marauders!Crack by Irati.
Léeme...
- Hablamos, no digo nada más...
- ... -Gilipollas =(.
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