Como cada vez que ocurre algo así, siento la necesidad de escribir. Y a veces, me siento estúpida. Estúpida porque no sé cómo algo puede afectarme tanto. Sí, era admiración, sí, eran un montón de sentimientos, pero era algo “irreal”. Como cada vez que ocurre algo así, siempre acabo emocionándome. Pensaréis que no os extraña, que yo soy de lágrima fácil. Y tenéis razón. Pero muchas veces, la vida no tiene sentido, y ocurren cosas como estas.
Nunca he sabido plasmar en el blanco impoluto del papel todo lo que siento cuando me encuentro tan apenada. Puedo decir que estoy triste o devastada, desolada, jodida –si recurro a palabras más duras- pero no puedo escribir cuánto. Puedo quedarme mirando el papel en blanco todo lo que queda de noche, y seré incapaz de anotar en él cuánto dolor siento.
Aún así, lo intento. La vida es una zorra, un extraño y malvado espejismo. Algo que hay que vivir como si fuera a acabarse al día siguiente porque de verdad puede acabar el día siguiente. Y podréis seguir pensando que soy tonta, que cómo puede afectarme de tal manera. Pero es que para mí no es una idiotez, lamentándolo mucho. Para mí es mucho más. Para mí son parte de mi vida, porque han estado ahí mucho antes de que yo naciera, en mis padres, cultivándose para poder traspasarse a mí cuando fuera la ocasión exacta. Para mí son estas personas, a las que no conozco de nada, pero a las que quiero como si estuvieran cerca de mí, quienes le dan un sentido nuevo a mi existencia, porque sin ellos, sin su descubrimiento, no hubiese sido posible mi crecimiento moral, cultural y personal.
Y por esa gran parte de mí, por hacerme sentir viva con cada una de sus películas, por hacerme sentir mujer, por hacerme creer en la magia y por no dejar que perdiera la esperanza, es por lo que estoy escribiendo este post. Lo admiraba desde que un día mi madre me obligó a mirarlo, y siempre recordaré aquel momento, ella poniendo el VHS en el vídeo y yo protestando en el sofá, hasta que la música, ese “Be my baby”, hipnotizando todos y cada uno de mis sentidos, me mantuvo quieta y callada, con toda mi atención puesta en la televisión. Aún hoy, después de tantos años, soy capaz de recordar todas las letras de la banda sonora de “Dirty Dancing”, de tanto que la vi.
Son las 02:47h en mi reloj y no soy capaz de despertar a mi madre para decírselo porque me da miedo echarme a llorar como una niña pequeña. De hecho, me siento como una niña pequeña a la que le da miedo que todo el mundo se ría a su costa. Pero acabo de enterarme de que ha fallecido Patrick Swayze y, sinceramente, lo que los demás piensen me da lo mismo.
Patrick Swayze. 18 de agosto de 1952 - 14 de septiembre de 2009.
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