27/11/09
- Supongo que tendré que vestirme- propone. Y nada en la postura de su cuerpo indica que esté pensando precisamente en vestirse. - ¿Me echas una mano, Lupin?
Hay un segundo muy largo en el que Remus murmura algo que podría ser "bastardo". Luego la fachada de su control se fractura y se derrumba. Vuelve al pie de la cama y le devuelve su beso de buenos días con la promesa de buenas noches y buenas tardes y buenos besos, a cada vuelta de la esquina. Le tortura con una docena de besos, más cortos y más largos, algunos rápidos y profundos, otros detallados, acariciantes. Cuando Sirius cree que le tiene atrapado, Remus retira la boca y tiene que salir a buscarle. Besa impresionista, abstracto, barroco y luego se separa dejando a Sirius al borde de un gruñido. Muy despacio, avanza hacia su oído, murmura "todavía te noto dentro de mí", lamiéndole las orejas mientras lo hace. Añade, "todavía ardes". Se levanta, se lame los labios, "nos vemos luego", recupera esa apariencia inofensiva que no es más que eso. Apariencia. Un buen chico en clase y nadie, excepto Sirius, sabe que es un gamberro en la cama. Es un secreto que le hace sentirse especialmente posesivo.
Más te vale que nadie más lo sepa.
- ¿Sabes qué, Lupin? – Remus se gira con la puerta entreabierta. - Voy a ir a clase sin ropa. Creo que es muy injusto que el privilegio de contemplarme desnudo recaiga solamente en ti.
- Pues a mí me parece una buena política. Irreprochable, de hecho – Le lanza una camisa arrugada que lleva varios días en el perchero de la puerta. - Vístete, Black.
Le gusta más cuando le obliga a desvestirse. Pero agacha las orejas y obedece. Qué remedio. Fuera, está todo nevado y parece que toda esa blancura tan inmaculada es una llamada para el gamberrismo. Parece que la nieve dice "ven y písame, si te atreves". Sirius se calza las botas y sonríe. Nunca ha sabido resistirse a una provocación.
Marauders!Crack by Irati.
Ni él, ni yo.
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