22/12/09
Todo en Hogwarts bulle de actividad navideña. Remus deja los libros en la cama y se tumba a descansar boca abajo, sonriendo para sí cuando escucha que Sirius tararea los hipogrifos van a Belén. Parece contento por el enfrentamiento navideño. Silba villancicos, y Remus piensa que debería tomarle el pelo porque nunca está tan animado y "los hipogrifos van a Belén" merece al menos una broma. Aunque sea pequeñita.
No la hace.
Porque se da la vuelta y le mira, se le quitan las ganas de hablar. Solo quiere seguir mirándole. Mientras se cambia de ropa y busca el "maldito tabaco" murmurando "poron pon pon pon". Se saca el jersey con fuerza y con el jersey sale también la camiseta. Se quita las botas con los pies, las lanza a diferentes rincones del cuarto, coge una camisa negra, la huele, se abrocha solo dos botones. Se rasca la tripa. Murmura "¿has visto mi tabaco?" pero lo encuentra enseguida, metido en unos vaqueros sucios. Entonces busca el mechero, metiendo las manos en el bolsillo del pantalón. La cintura le queda holgada, cuando mete las manos, el pantalón baja un poco, deja al descubierto algo de insinuante vello oscuro. A Remus se le seca la boca. Finalmente, encuentra el encendedor debajo de la ropa, un zippo recargable de plata que siempre pierde pero siempre encuentra. Se mete las manos en el pelo, se lleva un cigarro a la boca. El encendedor no le da fuego, se ha quedado sin gasolina. "Coño" masculla, con el cigarrillo apagado, "es una conspiración".
- Confiesa, licántropo. Alguien no quiere que fume.
Camisa abierta, omoplatos al descubierto, vaquero sin calzoncillos, cigarrillo en la boca, la voz algo ronca de tanto gritar a los críos. El león en su guarida, echándose el pelo hacia atrás con una sacudida de los hombros. Le llama "licántropo", suena como un delicioso insulto. El cuerpo de Remus reacciona con violencia. La erección es repentina. Dura y gruesa en un segundo.
- Joder, Sirius.
Pregunta "joder ¿qué?" pero tiene su respuesta en cuanto baja la mirada. Le mira un buen rato y cuanto más le mira Remus respira peor, se siente más fuera de control. Cuando la habitación está tan cargada de electricidad que amenaza con estallar, Sirius deja el cigarrillo. Se desabrocha los dos botones de la camisa, baja la cremallera del pantalón. Pronuncia un hechizo para cerrar la puerta. Se queda de pie delante de la cama, se baja los pantalones.
- ¿Quieres fumar, Lupin?
Imposible resistirse.
- Sí.
Le baja los pantalones a mordiscos. Besa, lame, y cuando Sirius gime, succiona con más fuerza.
Los romanos concedían gran importancia a la época del año en la que Sirio dominaba la bóveda celeste. Eran los meses más calurosos, bajo el influjo del Gran Perro celeste. Los poetas latinos hablan siempre de ella, la feroz canícula. Remus no sabe, sencillamente no sabe resistirse a su abrasadora influencia. Le hacen perder el control, la luna una vez al mes y la estrella, siempre que hace acto de presencia.
Marauders!Crack by Irati.
Este fragmento es anterior a actualizaciones bloggeras anteriores, pero es que me lo guardaba para estas fechas, porque es muy navideño. Bueno, es navideña la parte en que Sirius canta villancicos, lo otro se puede hacer sin que sea Navidad... xD. Pff... La reacción de Remus es tan como lo que yo suelo decir siempre... *babea* En fin xD. Que me lío, me lío... xD
En la foto, Sirio, la estrella más brillante del firmamento. Situada en la constelación del Can Mayor, que está a su vez situada bajo Orión. Son constelaciones preciosas incluso a simple vista. Y bueno, vi por primera vez en mi vida a Sirius en la excursión de Astronomía, y suena friki, pero yo quería verla por él... *enrojece*.
¡¡¡¡¡Muchíííísimas felicidades, Iris!!!!! Gracias por la invitación, tenía muchas ganas de verte después de dos años sin saber de ti más que en un par de ocasiones. Ha sido genial. Muchos besitos a vosotr@s también =).
Ya han acabado las clases, ahora a estudiar mucho... que los exámenes están ahí prácticamente...
Todo en Hogwarts bulle de actividad navideña. Remus deja los libros en la cama y se tumba a descansar boca abajo, sonriendo para sí cuando escucha que Sirius tararea los hipogrifos van a Belén. Parece contento por el enfrentamiento navideño. Silba villancicos, y Remus piensa que debería tomarle el pelo porque nunca está tan animado y "los hipogrifos van a Belén" merece al menos una broma. Aunque sea pequeñita.
No la hace.
Porque se da la vuelta y le mira, se le quitan las ganas de hablar. Solo quiere seguir mirándole. Mientras se cambia de ropa y busca el "maldito tabaco" murmurando "poron pon pon pon". Se saca el jersey con fuerza y con el jersey sale también la camiseta. Se quita las botas con los pies, las lanza a diferentes rincones del cuarto, coge una camisa negra, la huele, se abrocha solo dos botones. Se rasca la tripa. Murmura "¿has visto mi tabaco?" pero lo encuentra enseguida, metido en unos vaqueros sucios. Entonces busca el mechero, metiendo las manos en el bolsillo del pantalón. La cintura le queda holgada, cuando mete las manos, el pantalón baja un poco, deja al descubierto algo de insinuante vello oscuro. A Remus se le seca la boca. Finalmente, encuentra el encendedor debajo de la ropa, un zippo recargable de plata que siempre pierde pero siempre encuentra. Se mete las manos en el pelo, se lleva un cigarro a la boca. El encendedor no le da fuego, se ha quedado sin gasolina. "Coño" masculla, con el cigarrillo apagado, "es una conspiración".
- Confiesa, licántropo. Alguien no quiere que fume.
Camisa abierta, omoplatos al descubierto, vaquero sin calzoncillos, cigarrillo en la boca, la voz algo ronca de tanto gritar a los críos. El león en su guarida, echándose el pelo hacia atrás con una sacudida de los hombros. Le llama "licántropo", suena como un delicioso insulto. El cuerpo de Remus reacciona con violencia. La erección es repentina. Dura y gruesa en un segundo.
- Joder, Sirius.
Pregunta "joder ¿qué?" pero tiene su respuesta en cuanto baja la mirada. Le mira un buen rato y cuanto más le mira Remus respira peor, se siente más fuera de control. Cuando la habitación está tan cargada de electricidad que amenaza con estallar, Sirius deja el cigarrillo. Se desabrocha los dos botones de la camisa, baja la cremallera del pantalón. Pronuncia un hechizo para cerrar la puerta. Se queda de pie delante de la cama, se baja los pantalones.
- ¿Quieres fumar, Lupin?
Imposible resistirse.
- Sí.
Le baja los pantalones a mordiscos. Besa, lame, y cuando Sirius gime, succiona con más fuerza.
Los romanos concedían gran importancia a la época del año en la que Sirio dominaba la bóveda celeste. Eran los meses más calurosos, bajo el influjo del Gran Perro celeste. Los poetas latinos hablan siempre de ella, la feroz canícula. Remus no sabe, sencillamente no sabe resistirse a su abrasadora influencia. Le hacen perder el control, la luna una vez al mes y la estrella, siempre que hace acto de presencia.
Marauders!Crack by Irati.
Este fragmento es anterior a actualizaciones bloggeras anteriores, pero es que me lo guardaba para estas fechas, porque es muy navideño. Bueno, es navideña la parte en que Sirius canta villancicos, lo otro se puede hacer sin que sea Navidad... xD. Pff... La reacción de Remus es tan como lo que yo suelo decir siempre... *babea* En fin xD. Que me lío, me lío... xD
En la foto, Sirio, la estrella más brillante del firmamento. Situada en la constelación del Can Mayor, que está a su vez situada bajo Orión. Son constelaciones preciosas incluso a simple vista. Y bueno, vi por primera vez en mi vida a Sirius en la excursión de Astronomía, y suena friki, pero yo quería verla por él... *enrojece*.
¡¡¡¡¡Muchíííísimas felicidades, Iris!!!!! Gracias por la invitación, tenía muchas ganas de verte después de dos años sin saber de ti más que en un par de ocasiones. Ha sido genial. Muchos besitos a vosotr@s también =).
Ya han acabado las clases, ahora a estudiar mucho... que los exámenes están ahí prácticamente...
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