...y en la cama del fondo, Remus recoge sus cosas. Los libros que va dejando encima de la cama. Algún jersey, pergaminos usados, el cuaderno muggle que le regaló Lily y naturalmente, un uniforme de quidditch, botas de entrenamiento, cuatro pantalones, tres calcetines desparejados y un bulto que prefiere no examinar. Todo de Sirius, como de costumbre. Tiene una personalidad expansiva y sus cosas acaban siempre en todas partes.
Remus lo deja todo sobre su cama y se imagina lo que va a decirle en cuanto vuelva del baño. Mi espacio no es tu espacio. Tengo derecho a que mi cama sea mi cama. ¿Te crees que todo es tuyo? ¿Qué puedes asaltarme sexualmente y pretender olvidarlo y confundirme con insinuaciones? ¿Crees que puedo aguantar todo eso sin morirme!
Esa última parte casi mejor no.
No pienses en eso. No pienses en nada. Relájate. No pasa nada.
Pero pasa. Ya lo creo que pasa. Pasa que Sirius ha decidido torturarle esa noche. Pasa que, cuando se acerca de vuelta a su cama, Remus está acabando de abrocharse la camisa del pijama, todavía de pie. Pasa que Sirius se acerca a él y se coloca detrás. Cerca, muchísimo más cerca de lo que le conviene a la serenidad de Remus. Y murmurando, casi entre dientes, le habla desde esa distancia, casi inexistente y le derrite.
- ¿Me harás un dibujo a mí?
- ¿Qué?
- Si me decido con los tíos- dice.
Oh dios, dios, dios, joder, Sirius, por favor, no me hagas esto si no quieres hacerme nada más.
- Ya sabes- continúa- para saber qué parte encaja con cuál y dónde va todo.
¿Un dibujo? Podría hacerle el mapa de los merodeadores.
- Seguro que te haces una idea aproximada.
Duermen en camas separadas y es el primer día después de tantos días en el que Remus se permite imaginar cómo sería si pudieran deshacer la distancia que les separa y dibujar en la piel de Sirius todo lo que podrían hacer juntos...
Marauders!Crack by Irati
Quiero ser la guinda de tu pastel... Muchas felicidades, mi amor.
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