[…]Gozoso desplegó las velas el divinal 0diseo y sentándose, comenzó a regir hábilmente la balsa con el timón, sin que el sueño cayese en sus párpados, mientras contemplaba las Pléyades, el Bootes, que se pone muy tarde, y la Osa, llamada el Carro por sobrenombre, la cual gira siempre en el mismo lugar, acecha Orión y es la única que no se baña en el Océano; pues habíale ordenado Calipso, la divina entre las diosas, que tuviera la Osa a la mano izquierda durante la travesía.[…]
Odisea, (canto V), Homero.
Siempre he pensado que por mi edad se me permite todo en cuanto a temas amorosos: encapricharme, que alguien me guste… ¡incluso llegar a estar enamorada! Ahora que he pasado por esas fases, sé cómo me comporta en cada una. Sin embargo, por mis sueños, conversaciones y demás, estoy confusa. Confusa como jamás lo he estado. No sé qué hacer, qué decir…
Podría decir que no me gusta, que sólo lo veo como a un amigo… desde hace mucho que eso no es cierto. No estoy enamorada. Aclaremos conceptos. Enamorada estuve de Javi. Y más de lo que me hubiera gustado estarlo. Fueron cuatro años de sufrir, dulcemente, pero sufrir. Cuatro años en los que las personas que más quiero en este mundo (Laura, Leo, Reyes, Bea (desde aquí un gran beso al cielo), Pablo y Tamara) me dieron todo su apoyo.
(Edito para decir, que esas personas fueron las que estuvieron a mi lado cuando estaba loca por Javi y que fueron a los que más quise en el mundo esos cuatro años. Ahora siguen ocupando ese lugar en mi corazón, el de ser las personas que más quiero, pero incluyo, ahora en estos tiempos, a Isaac, a Manu, a Raquel, a mis primas Lorena y Amparo (que la primera me pidió una mención acá en el blog, un beso), a Fer (mi mexicano prefe, que siempre logra arrancarme una sonrisa) y a Álvaro.)
Nunca me cansaré de decir que puede que sea el chico más importante en mi vida, aparte de mi padre, claro =P (como decía Baby en “Dirty Dancing”, jaja, bromas a un lado). No, en serio, ha sido más que especial. Él me enseñó que sé llorar por un hombre aunque éste no lo merezca, él me enseñó que con insistencia, se consiguen las cosas. Si lo pienso seriamente, me ha enseñado muchas cosas, como que yo tenía corazón (cosa que ponía en duda hasta que él llegó a mi vida). Podría decir de él que es un encanto y un amor, que hace año y medio, hubiera hecho lo que me hubiera pedido. Ahora no, sin embargo. Quizás como amigo, pero no lo es, así que, claramente, ahora que va a casarse con la que es su novia (cosa que me ha causado más de una sesión de lloros), no haría nada por él.
Pero esto no venía al caso. Dije que estoy confusa. Sí, a unos días de que empiece una semana de tortura por amor. Me quedan siete días de pensar “¿por qué cosa se va a decidir?”. Y es que el miedo… *niega con la cabeza* No, no es bueno.
Hubo una vez que decidí dejarme llevar. Daba igual si luego nos hacíamos daño. Daba igual las condiciones, daba igual la distancia. Daba igual que cuando rompiéramos como “pareja”, rompiéramos como amigos. No pasó con quien creí que iba a pasar esto, (un chico de Madrid al que considero uno de mis mejores amigos *mandándole un beso y recordándole que me debe una vuelta en su coche =P*), y creo que no volverá a pasar.
Si algo aprendí ese julio de 2006, fue a querer y a saber que nada es imposible y que después de un “noviazgo” puede queda la amistad. Y ahora esto, ahora hay alguien que me gusta, con el que me siento bien cuando me habla, cuando me calma y me tranquiliza cuando me enfado o me entristezco. Alguien que me quiere como amiga y que está dispuesto a escucharme y a cuidarme, alguien que no quiere arruinar nuestra amistad por algo tan frívolo como una cyber-relación.
Pues yo me arriesgaría. ¿Por qué no? Salió bien una vez, ¿qué cambia ahora? =S
Un beso (para Cartaya (Huelva), especialmente). ¡¡Hasta el próximo post!!